Cada vez que entra una familia por mi estudio con su bebe recién nacido, sé que una nueva vida por delante se presenta, con una historia que contar.
Para mí la historia de Rocío y Miguel ha sido muy emotiva, por eso decidí hablar con Rocio y con su permiso publicar estas palabras, sus palabras.
"Por fin un 23 de Junio me desperté con la gran sorpresa de que estaba embarazada, esa fecha nunca podrémos olvidarla. Ese día, fué un día extraño, estábamos contentos y a la vez con mucho miedo.
Durante el primer mes de embarazo surgieron los primeros problemas porque una noche me desperté con mucho dolor y al ir al cuarto de baño vi que estaba sangrando, pasé mucho miedo porque pensé que mi sueño se había acabado pero a la mañana siguiente, fuimos de urgencia para hacer una ecografía y gracias a Dios ella estaba allí, seguía conmigo, porque ella desde el principio ha sido una guerrera, me dijeron que estuviera en reposo y durante 20 días tuve que quedarme de reposo para qué todo continuara bien y ella siguiera junto a mí.
Al poco tiempo empezaron los vómitos y lo que para cualquier embarazada era un problema y un malestar yo cada vez que vomitaba daba gracias y era la más feliz del mundo, porque era la sensación de que aunque yo todavía no pudiera sentirla ella me decía que seguía conmigo y que todo estaba bien, asi que yo vomitaba y sonreía.
Todo iba perfecto, todo el embarazo genial no tenía ningún problema pero un día, en la semana 26 de embarazo cuando fui a una revisión al médico me tomaron la tensión y me dijo que la tenía alta, que me la revisara y que si no bajaba que me fuera para urgencias. Yo no le di mucha importancia porque me sentía muy bien, segui trabajando y haciendo mis cosas tan normal pero al llegar a casa por la noche la tensión seguía alta y como me dijo el médico me fui para urgencias del hospital de Cabra
En la sala de espera mientras esperaba que me atendieran, me dio por mirar en internet que le pasaban a las mujeres embarazadas si se le subían la tensión y vi un artículo que hablaban de una enfermedad que se llama preclansia, que le da a las embarazadas y que la única solución que tiene es terminar con el embarazo, pero yo no le preste ningúna atención porque jamás pensé que eso era lo que me estaba pasando a mí.
Después de varias horas en urgencias me dijeron que me tenía que quedar ingresada que tenían que hacerme varias pruebas y me dijeron que estaba comenzando a tener una preclansia.
El mundo se paró de repente y es que cómo podía ser posible que ella corriera peligro por mi culpa y que tuvieran que separarla de mí antes de tiempo cuándo yo solo llevaba unas semanas que ya podía sentirla dentro de mí.
Desde el 6 de diciembre estuve ingresada y el día 24 de diciembre todo empezó a complicarse me trasladaron al Hospital de Córdoba de Reina Sofía porque si se tenia que terminar el embarazo y tenían que sacarla, era mejor que ella naciera en Cordoba, ya que si tenía que nacer antes de las 32 semanas tenía que ser allí porque necesitaría ingresar en la UCI.
El día 28 de diciembre decidieron empezar a provocarme el parto porque ya me puse muy mal y corríamos peligro las dos y el día 29 de diciembre tuvieron que hacerme una cesárea y terminar con el embarazo. Toda la cesarea salio bien yo me estuve 20 horas en UCI porque estaba regular y a ella tuvieron que reanimarla e intubarla y le dijeron a Miguel que las primeras 24 horas eran decisivas.
El el día 28 cuando nos dijeron que ya había que provocar el parto Miguel y yo nos sentamos para decidir qué nombre le íbamos a poner a la niña yo tenía varios pensados, Irene, Andrea, Valeria y Ángela y al final decidimos ponerle el nombre de Irene. Yo no soy mucho de pensar en el significado de los nombres simplemente lo escogi porque al decirlo en mi cabeza me gustaba como sonaba.
Llegó el día 30 e Irene seguia con nosotros y cómo es una guerrera supero todos los problemas y sobrevivió para estar con nosotros. Un día hablando con una enfermera, me preguntó cuál era el nombre que le había puesto a la niña y yo le dije que le había puesto el nombre de Irene, ella me preguntó si sabía cuál era el significado de ese nombre y le dije que no y me contó que Irene significa PAZ y en ese momento supe que decidimos ponerle el mejor nombre que había para ella, porque Irene es la paz que nosotros necesitábamos en nuestra vida.
Todo el mundo dice que un niño te cambia la vida pero Irene solo vino a darle sentido a la nuestra, estos momentos te hacen darte cuenta de lo importante qué es la familia, mi hermana estuvo a mi lado en todo momento y pienso que todo lo que nos ha pasado desde que Miguel y yo empezamos en esta aventura a sido unirnos más porque hemos aprendido a superar todos las problemas juntos.
Por último solo te voy a contar que todas las cosas malas siempre traen algo bueno y es que gracias a Irene durante los 41 días que estuvimos en el hospital mientras Irene se recuperaba hubo momentos buenos y momentos regulares pero tuvimos la gran suerte de conocer a “ Buena gente “gente maravillosa, padres que estaban en la misma situación que nosotros, Ángela y Millán , María y Joaquín, Toñi y Benjamin, Carmen y Sergio y Olgui y Fran, con los que pudimos compartir muchos ratos en la sala de espera, todos ellos nos ayudaron a que esos 41 días fueran mucho más fácil y siempre los llevaremos en el corazón".